Células Sanguíneas – Qué son, tipos y funciones
¿Sabías que la sangre de una persona adulta se compone de
aproximadamente cinco litros? Casi la mitad de su contenido,
un 45 % concretamente, está formado por células sanguíneas. La sangre es un
fluido corporal especializado.
¿Sabes cuáles son las células sanguíneas? La sangre
cuenta con tres líneas celulares: glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas.
Cada célula cumple con muchas funciones diferentes, como puede ser la
movilización del oxígeno y los nutrientes a los pulmones y tejidos, la
formación de coágulos de sangre para cerrar heridas y frenar hemorragias o
transportar las células y anticuerpos para luchar contra las infecciones.
A través del sistema
circulatorio, la sangre se adapta a las necesidades del cuerpo. Cuando haces
ejercicio, tu corazón bombea más fuerte y más rápido para proporcionar más
sangre y, por lo tanto, llega más oxígeno a tus músculos. Durante una
infección, la sangre libera más células inmunes al lugar de la infección, donde
se acumulan para protegerte de los invasores dañinos.
Tipos de Células Sanguíneas
Los glóbulos rojos o eritrocitos
Contienen la hemoglobina que
transporta el oxígeno y el dióxido de carbono. La hemoglobina les da a los
glóbulos rojos su color característico. Aunque los eritrocitos son flexibles
(lo que les permite escurrirse a través de los capilares), tienen una forma
bicóncava distintiva que ayuda a maximizar su área de superficie para facilitar
el intercambio de gases. Su característica principal es que carecen de un
núcleo. Esto permite que la célula tenga más espacio para almacenar la
hemoglobina, la proteína que se une al oxígeno.
Los glóbulos rojos son lo
suficientemente pequeños para pasar a través de los vasos sanguíneos más
pequeños (los capilares). Circulan a través de los vasos sanguíneos hasta 120
días. Posteriormente, los glóbulos rojos viejos o dañados se eliminan de la
circulación por células especializadas (macrófagos) en el bazo y en el hígado.
Los glóbulos blancos o leucocitos
Son los guardianes de tu
organismo. Si un germen te ataca, ellos irán al rescate y lucharán hasta la
muerte. Estas células se producen dentro de la médula ósea y se almacenan en tu
sangre y tejidos linfáticos. Algunos glóbulos blancos tienen una vida útil corta,
de uno a tres días.
Hay varios tipos diferentes de
leucocitos. Cada uno tiene funciones especiales para protegerte. Algunas
células tienen núcleos con múltiples lóbulos mientras que otras contienen un
gran núcleo redondo. Algunos contienen paquetes de gránulos en su citoplasma y,
por lo tanto, se conocen como granulocitos.
Las personas que tienen bajos
niveles de glóbulos blancos pueden tener más predisposición a padecer
infecciones. Dependiendo de qué leucocitos te falten, puedes correr el riesgo
de tener diferentes tipos de infecciones. Por ejemplo, los macrófagos son
especialmente buenos para fagocitar bacterias. Por el contrario, los linfocitos
T son particularmente hábiles en la lucha contra las infecciones virales.
Dentro de los leucocitos, puedes distinguir varios tipos:
- En primer lugar, los monocitos, los cuales tienen una vida útil más larga que muchos glóbulos blancos y ayudan a descomponer las bacterias.
- En segundo lugar, puedes encontrar los linfocitos que sintetizan anticuerpos para defenderte de bacterias, virus y otros invasores potencialmente dañinos. Encontramos dos tipos, los linfocitos T y los linfocitos B.
- Los neutrófilos son capaces de digerir las bacterias y hongos. Son el tipo más numeroso de glóbulos blancos y la primera línea de defensa cuando aparece una infección.
- Los basófilos se encargan de secretar productos químicos como la histamina, un marcador de enfermedad alérgica que ayuda a controlar la respuesta inmune del cuerpo.
- Por último, los eosinófilos pueden destruir a los parásitos y a las células cancerosas. Además, ayudan a mediar en las respuestas alérgicas.
Las plaquetas o
trombocitos
Constituyen otro tipo de células
sanguíneas que circulan en la sangre hasta que se activan para formar un
coágulo de sangre o se eliminan por el bazo. Van a ayudar a coagular la sangre
en los momentos indicados y van a promover otros mecanismos de coagulación. Se
consideran como pequeños fragmentos de células de médula ósea, sin núcleo y en
una cantidad media de 300.000 plaquetas en cada microlitro de sangre.
Como ves, no cabe
duda de que las células sanguíneas y sus funciones van a ayudar al correcto
funcionamiento de tu organismo.
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